POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

domingo, 27 de noviembre de 2011

CARTA A UNA HIJA

Encontré este escrito, lo copié y lo pegué a mi blogs por que merece la pena que sea leído.
Ahora que en estos días todo es correr, que no tenemos tiempo para cosas a las que no damos importancia o a las que la tienen no nos paramos para pensarlo, esto me la llegado al alma, por que sin saberlo el autor parece haberlo escrito para cada una de nosotras que cada día nos levantamos  temprano, hacemos como autómatas las tareas del hogar, cojemos el coche para el trabajo, allí procuramos rendir, hacer nuestro cometido , todo tiene que ser perfecto, luego en la hora y media  de la comida correr hacia la casa poner la mesa, precalentar la comida hecha la noche anterior mientras hacíamos la cena y poníamos la lavadora, recoger rápido y volver al trabajo para completar la jornada laboral, después cojer el coche para hacer esos kilómetros diarios (34) para ir y los mismos para volver, la visita relámpago a mis padres ese beso fugaz  entrada y salida, preguntar que tal están y como les ha ido el día, esa espera de su hija cada día en la que cada coche que pasa por la puerta parece que es el de su niña , siempre niña para ellos, la preocupación de si llego un poco más tarde que de costumbre, por el peligro que entraña la carretera, hoy al leer esta carta, me puse en el puesto de mi madre por que yo también tengo una hija y le diré lo mismo que mi madre me dice, exactamente lo que pone en esta carta....



Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme mi querida hija...
Si cuando hablo contigo, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste”, solamente escúchame por favor...
Y recuerda los tiempos en que tú eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida...
Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña...
Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada...
Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente... vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida...
El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor mi querida hija, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme...
Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar... y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante... Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches...
Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos...
Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor...
Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré...
Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija...
 

miércoles, 23 de noviembre de 2011

DETALLES

¿Recuerdas aquel nuestro primer beso?
Los dos temblamos al juntarse nuestros labios
Era nuestro primer baile
Han sido tantos años, tantos detalles
Tantas cosas vividas
Que este amor nuestro
Sigue esperando una opurtunidad
Una mirada tuya y lo dejo todo
Y yo sé que lo que te pidiera , me lo das
Aún te miro y tiemblo
Te rozo con mis manos
Y tus ojos veo cerrar

Detalles, son pequeños detalles

lunes, 21 de noviembre de 2011

ALONDRA,



La alondra trae la alegría

 La paloma la paz

Y yo, vida mía

Quiero aliviar tu soledad

Traer la sonrisa a tus labios

De nuevo verte volar

Cruzando valles y ríos

Que no temas nunca más

A, aquél que te hizo daño

Él se fue para siempre, ya

Vuela libre mi alondra

Y sonríe al soñar

Levanta pues, que es de día

Te espera la vida, la libertad

Y si un día vuelves a tu nido

Y ves que vacío y roto está

Construye otro más fuerte

Que aguante vientos y tempestad

Pero no dejes mi alondra

Que te vuelvan a engañar

Tú eres la alegría de mi vida

Sé libre, aprende de vuevo a volar

Mi alondra bella, mi niña

Vive en libertad




miércoles, 16 de noviembre de 2011

DE MATANZA

Estamos en época de matanza, o al menos en estas fechas antes del comienzo de la temporada de aceituna se preparaba la despensa, se llenaban las tinajas neveras, conservadoras de los años 50, luego no habría tiempo de cocinar cuando se empezara la recolección de aceituna y unos chorizos fritos con unos pimientos verdes tambien fritos, una tortilla de patatas con costillas adobadas o unas morcillas sacadas de las  tinajas en aceite, era muy socorrido para llenar la fiambrera, cualquier producto de la matanza, hacía que la mujer Bañusca, jornalera, aceitunera, se le hiciera más llevadero a la hora de preparar la talega (comida para llevar al campo y comer en mitad de la jornada, sobre las dos de mediodía ) entonces era una privilegiada la que tenía lavadora, al venir del campo tenía que preparar el brasero de picón para calentar la casa, o lumbre, poner una gran olla a calentar con agua, para  lavarse ella y los suyos, entonces no había calentadores ni calderas, lavar la ropa si venía embarrada, y poner a secar debajo de la mesa camilla, en alambres que se ataban de pata en pata, éstos hacian de tendederos, o si había lumbre en sillas arrimadas a esta, para que al día siguiente estuviera seca, cocinar para la cena y el día siguiente, preparar a los niños para la escuela...
Fotografía del Museo del Territorio Bañusco

En cada casa o en la mayoría, se criaba un marrano (cerdo) durante casi un año o se compraban ya criados para este ritual de la matanza, tradición Española, mis abuelos allá en el cortijo en Juan de las Vacas los criaban para luego en éstas fechas venderlos y sacar un dinero extra, que nunca venía mal, al igual que los pavos para Navidad, allí se criaban con bellota en nuestra sierra, los chaparros abundan y decían que tenían mejor sabor al estar sueltos en el campo y no en cuadras o marraneras,  mucha gente que criaban los marranos en sus casas iban a la sierra a por sacos de bellota, pero no era igual, los que tenían mis abuelos estaban sueltos por los aledaños del cortijo y éste estaba sembrado de chaparros, solo tenía que avarear con la vara de la aceituna, para que comieran,  recuerdo que cada noche mi abuelo amasaba en un gran lebrillo  pulpa y harina para ayudar en el alimento junto con la bellota, mucha gente se despreocupaba de tener que estar todo un año criando y limpiando cuadras, era mas fácil comprarlo, o bien se los daban a Mauricio el de los marranos, éste hombre muy temprano iba de casa en casa recogiéndolos, los llevaba al campo y luego al caer la tarde los devolvía a sus dueños, a cambio de unas perrillas, así se despreocupaban de la comida durante el día y de limpiar marraneras,
Yo disfrutaba de varias matanzas en la calle Mestanza, se juntaba mi madre con Juana la Triguera que siempre mataba dos marranos, al ser familia numerosa, luego empezábamos nosotros y ella nos ayudaba también y seguíamos con mi tía Ana, hermana de mi padre, continuabamos con mi tío Gregorio hermano de mi abuelo Juan y mi tía Joaquina su mujer, éstos no tenían hijos, siempre nos ayudaban  y luego nosotros a ellos, que también solían matar un marrano pequeño, a la sobrina de mi abuelo Juan, Ana la del castillo, como le decíamos para diferenciarla de la otra prima, Ana Prados, bueno,  nos tirábamos el mes de Noviembre después de los santos de casa en casa de Matanza, ya que pasada la Inmaculada (8 de Diciembre ) se empezaba la recolección la aceituna.
Tengo que decir que a la hora de matar desaparecía de casa, no soportaba oír chillar al marrano, cuando veía venir a Pedro Moreno con los utensilios calle Mestanza arriba  (matarife, marido de Rosario la carnicera). así que éste paso lo dejamos...

Pero empecemos desde el principio, los  días de antes  se compraba todos lo necesario para tal menester, normalmente en Linares, en una tienda de la calle Baños llamada "El azafranero" allí tenían de toda clase de aliños, tripas de plástico, cebollas, sacos de sal especial para salar los jamones etc...
Fotografía del Museo del Territorio Bañusco

Mis padres siempre  mataban un Jueves o Viernes ya que mi padre pedía el Sábado en el trabajo y el Domingo no trabajaba, había que dejar airear la carne al menos veinticuatro horas, en los tres días que duraba la matanza, las comidas eran las mismas, cada año, el primer día cocido con arreglo de pollo de corral y cerdo recién matado, apartaban caldo para los chiquillos y tener siempre una gran olla, para entonar el cuerpo, el segundo patatas con caldo con parte de las costillas y el último arroz con pollo y conejo, am
én  del tapeo de  las pruebas de los bodrios (masa de chorizo, butifarra, morcilla, a catar), con la pasada de la bota de vino.



El  dia de antes nos poníamos a pelar y cortar cebolla para la morcilla alrededor de la lumbre en el corral, llorando todas, tengo que decir que yo lloraba más que nada por el pobre cerdo, pero dejemos este paso... 
El  primer día  se hacían  las morcillas, se cocían las cebollas en una gran caldera,
después se ponían a escurrir en sacos de esparto limpios para tal menester y enciman ponían los sacos de sal, los mismos que luego servirían para salar los jamones y paletas, para que escurrieran el agua, luego junto  con el tocino picado, la sangre y  las especias se hacían las morcillas, siempre se hacían unas cuantas tripas con arroz cocido.
Normalmente duraba  tres días la matanza.
El siguiente  día le tocaba el turno al chorizo, ese era mi día favorito, sobre todo cuando en una mesa nos poníamos a atarlo y con un alfiler pincharlo,  siempre nos dejaban a los niños ésta parte.
A mi me encantaba cuando mi abuela,  meneando aquellas enormes masas en un lebrillo de barro decía.
_A ver esa sartén para probar.
Era el bodrio, se tenía que hacer la cata de aliños y de sal, para empezar a embutir, las tripas eran las del propio marrano lavadas después de tenerlas un día en remojo, con vinagre y sal, otras veces se embutían en tripas de plástico  y recuerdo que había que soplarlas por si estaban rotas, sobre todo para la morcilla ya que una vez hecha se pasaba por la caldera en agua hirviendo durante cinco minutos,  colgadas en una vara de las de avarear aceituna y luego se colgaban en éstas mismas en el techo  para que se orearan, después se freían vuelta y vuelta en aceite y en éste mismo se ponía en orzas de barro para conservarlas, al igual que las costillas adobadas, que también se metían en orzas de aceite para conservarlas más tiempo,  recuerdo que con éstas últimas hacía mi madre unas patatas con caldo riquísimas.
Fotografía del Museo del Territorio Bañusco
El último día  se hacia la butifarra y se arreglaban  los jamones y las paletas que se oreaban durante dos días  y después se ponían en un cajón con sal gorda todo enterrado a los quince días se sacaban para darle la vuelta y ver si estaba bien la maceración y al mes o dependiendo de lo grandes que eran se sacaban y se ponían colgados para airearlos poniéndole unos polvos coloraos bien untados para que no le cagara la moscarda, en mi casa había una habitación que le llamábamos el cuarto de las patatas, era como ir al supermercado bajar a ella, mi abuelo Esteban sembraba de todo, patatas, ajos, cebollas, melones, sandías, toda clase de verduras y mi madre y abuela hacían conservas al baño maría para el año, de todo lo que mi abuelo sembraba en la huerta, en tarros de cristal que guardábamos una vez vacíos limpios de un año para otro, allí en las estanterías había embotellados, judías, pepinos, guindillas, berenjenas en vinagre, tomates a trozos, pisto...Y en los techos en ésta época colgaban tripas de chorizo, jamones, butifarra, morcilla, vamos ni en el mejor supermercado te encontrabas mejores alimentos, todos ecológicos y de gran calidad...
¡Ay que recuerdos!

miércoles, 9 de noviembre de 2011

HARINA DE GUIJA

A mi abuelo Esteban le encantaba este plato, lo acompañaba con guindillas picantes en vinagre que él mismo sembraba y maceraba, recuerdo que mi abuela Juana se lo hacía sólo para él, ahora mi marido lo hace de vez en cuando sobre todo en invierno en la lumbre, mi hijo y él se ponen las botas, yo lo veo demasiado pesado.
Estando viviendo en Madrid mi marido me dijo que a ver si le compraba harina para hacer estas gachas saladas, tenía ganas de comer este plato, hacía  años que no lo comía, pregunté en varias tiendas por la harina de guija y nadie la conocía y es que resulta  que  allí se le conoce como "harina de almorta", es una comida muy típica de los pastores,  en el cortijo de Cañicosa me contaba  que casi todas las noches se cenaba este plato , que al parecer es de origen manchego.

INGREDIENTES

HARINA DE GUIJA O ALMORTA
ACEITE DE OLIVA DE BAÑOS
CHORIZO
MORCILLA (OPCIONAL)
PANCETA O PAPADA DE CERDO
AJOS
AGUA
PIMIENTA
PIMENTÓN DULCE
PAN
SAL

En una sartén se pone a calentar aceite de oliva, ante hemos preparado y cortado el chorizo, la panceta, el pan a trozos.
Cuando está caliente ponemos tres dientes de ajos cortados a láminas, cuando se doren los sacamos, a continuación ponemos el pan cortado tipo picatostes pequeños, cuando se doren se sacan.
Seguimos poniendo ingredientes, la panceta freímos en el aceite y sacamos  por último el chorizo y si nos gusta la morcilla también se fríe en el aceite.
En este orden es como lo hacía mi abuela, en el aceite de freír los ingredientes ponemos cinco cuharadas de harina de guija, meneamos a fuego lento hasta que se mezcle bien con el aceite, ponemos media cucharadilla de pimentón dulce, una pizca de pimienta molida, agregamos los ajos, se sigue rehogando e incorporanos el agua, cuando se haya quedado bien trabada la harina con el agua y el aceite empezamos a echar los trozos de chorizo, panceta, tostones de pan y la morcilla, se mueve con cuidado para que no se pegue en el fondo y cuando esté todo bien trabado se rectifica de sal, se aparta y se sirve caliente mojando trozos de pan y pinchando los tropezones (chorizo, panceta, tostones y morcilla) en mi pueblo Baños de la Encina  hay una costumbre que es la de comer en la misma sartén donde se ha guisado , de pié paso adelante cucharón y marcha atrás.
Buen aprovecho

sábado, 5 de noviembre de 2011

SUPERSTICIÓN


Baños de la Encina mi pueblo, tiene tradiciones pasadas de padres a hijos, hechos acaecidos en tiempos remotos, donde no hay documentos, sólo la tradición de comentarlo, el abuelo al hijo o al nieto, y así por años y puede que siglos,  luego se han hallado restos arqueológicos de gran valor como el poblado de Peñalosa, Las Migaldías, al excavar en el castillo resto romanos, yo no entiendo mucho de estas cosas, eso se lo dejo a los arqueólogos o a los investigadores que llevan años removiendo nuestra tierra para encontrar la historia de nuestros antepasados Bañuscos, pero en casa tenía una biblioteca hablada en boca de mi abuela .
Mi abuela materna Juana Dolores Muñoz Ruíz era muy supersticiosa, a mí en mi niñez me hacía gracia todos esos presagios que ella solía decir si le acontecía algunos de aquellos catastróficos sucesos, siempre decía va a pasar esto... o no hagas eso por que... y que muchas veces a lo largo de mi vida he visto que tenía razón en aquellas cosas cotidianas que acontecían, cosas sencillas a las que no damos importancia tienen su razón de ser, recuerdo que cuando nació mi hija en Alacalá de Henares (Madrid) lo primero que le colocó mi madre fue una manita pequeña de plata para librarla del mal de ojo, con mi hijo hizo igual sólo que era de hueso y plata, tengo que decir que un día vino una mujer a casa, (decían que echaba el mal de ojo) a pedirme una muestra de pañitos de encaje tenía a mi hijo en el carrito dormido, cuando se fue y fui a cambiarlo tenía la mano partida, no sé si fue casualidad, pero entonces empecé a dudar de si podía ser verdad lo de las supersticiones, sin dudarlo mi madre le puso hasta que le compró otra, una miga de pan entre la ropita por si le volvían a echar el mal de ojo,  cuando mi amiga y vecina Mª Carmen vio la manita colgada a mi hija, me dijo riendo .
_Encarna ¿tu crees en esas cosas?... 
_Bueno, dije
 _Por si acaso
_ Las supersticiones es cosa de gente con poca cultura, me decía. Pero yo que me he criado con mi abuela  y pensaba que eran tonterías,  alguna que otra vez  vez tengo que reconocer tenia razón.
La verdad es que en Madrid se la quitaba pero cuando bajaba a Baños nunca se me olvidaba ponérsela, puede que por que en mi casa con aquellas supersticiones de mi abuela eso estaba a la orden del día.
Y bueno os voy a dejar unas cuantas de ellas de las que me acuerdo y con el significado que tenía y algunos remedios para que no se cumplieran aquellos malos presagios, según mi abuela.

Derramar la sal :  Trae mala suerte, esto se soluciona si cogemos un puñado de la sal derramada y la tiramos hacia atrás por el hombro izquierdo. 
Derramar aceite: Estrechez económica, se echa un cubo de agua fuera de casa, a la calle
  Abrir un paraguas dentro de la casa: Trae mala suerte.
Cruzarte con un gato negro: También dicen que trae mala suerte, se cruzan los dedos al pasar junto a él. 
Romper un vaso: Siete días de desgracias, tiras siete vasos de agua al fregadero. 
 Ponerse la ropa al revés: Trae buena suerte ese día, solo si te la pones sin darte cuenta, o te van a regalar algo en los próximos días .
Levantarte con el pié izquierdo: Procurar al echar los pies al suelo cuando te levantas poner siempre el pie derecho, para tener buen día o si vas a entrar a una entrevista de trabajo (En aquel tiempo a la aceituna o trabajo de campo) entrar con el pie derecho.
  Pasar por debajo de una escalera : Trae mala suerte, yo por si acaso siempre doy la vuelta  y echo una sonrisa al acordarme se esas cosas que decía mi abuela.
                                                                                                                                             
Encender mariposas la noche de todos los santos: Siempre lo hacían mi abuela y mi madre para ayudar a las ánimas a encontrar la paz, yo enciendo velas esa noche por cada uno de mis seres queridos.

Roper un espejo: Mala suerte durante 5 o 6 años, para que esto no pase se tiran los trozos a un río o pozo.

Saber el sexo de tu hijo:Siempre la embarazada alguna vez se cae, si se cae de culo será un niño, si se cae de panza será una niña, a mí me funcionó las dos veces que me quedé embarazada, me caí con mi hijo de culo en la casa que estaba de alquiler en la calle Canteras en Baños y en plena calle de panza en Daganzo, cuando lo estaba de mi hija, no sabía que iba a tener y cuando me estaban levantando del suelo una pareja que pasaba yo me reía para mis adentros (Voy a tener una niña) recordando aquellas supersticiones de mi abuela.Y se cumplió 
El número 13: Siempre se ha dicho que trae mala suerte, sobre todo si se juntan trece personas en una mesa a comer, dicen que una de ellas fallecerá, solución poner un plato más a la mesa, o aquel otro refrán :En trece y martes ni te cases ni te embarques.
Ver a un manco: Trae mala suerte y para saber los días que durará, cuenta los botones de la camisa que  lleva, claro que si lo tocas esa mala suerte desaparecerá. 
Afilador: Recuerdo que cuando venía a Baños el afilador decía ya viene a llevarse a alguien o sea que alguien moriría en las próximas horas.
Picor de orejas: Es que alguien estaba hablando mal de ti .
Caerse el pan: Si alguna vez se caía el pan al suelo lo besaba y le hacía tres cruces, o si al ponerlo en la mesa se ponía al revés ella siempre le daba la vuelta, pues traía mala suerte o pasaría problemas de dinero
.Las navajas: Cuando alguien pedía :pásame la navaja para cortar el pan siempre se cerraba o se daba al revés, para no tener problemas con la persona que te la pedía .
Cascarón de huevo: Se lo ponía  a las macetas boca  abajo para que no le echaran el mal de ojo y se secaran, sobre todo en Semana Santa que al paso de las procesiones se abrían las puertas de los portales y estos se engalanaban con las mejores galas, entre ellas las macetas más bonitas que tenían.
Tijeras abiertas: Nunca deben dejarse abiertas, trae mala suerte y  puede que se muera alguien.
Aullido de un perro: Presagia la muerte cerca de donde aulla.
Malena Arjona me dice esta otra.

Ponerle una hebra o algodón en al frente  a un bebe:
Es para que se le quite el hipo. Por cierto me acordé de una frase que decía mi madre, cuando se tenia hipo: 
_Hipo tengo a mi amor se lo vendo si me quiere bien que se quede con él, si me quiere mal, me lo traiga pacá.


Estas eran o son las  supersticiones que me acuerdo, si me recuerdo de algún más ya la pondré
Buen fin de semana