POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

martes, 23 de agosto de 2011

PONER LA CASA




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Bueno o enseñar la casa costumbre Bañusca, que se ha ido perdiendo.
Hay un dicho que dice el que no ve la novia no ve la boda, en Baños mi pueblo, era costumbre enseñar la casa donde iban a vivir los novios, se ponía encima de la cama el ajuar, las sábanas bordadas, la cama hecha   con parte del embozo (parte de sábana bordada ) de la sábana novial la más laboriosa para que se viera, las colchas, mantelerías igual mente bordadas mano, a  maquina, a punto de cruz encima de la mesa del comedor, en la cocina  las bolsas del pan también bordadas o a ganchillo, los paños de cocina marcados con las iniciales de la novia al igual que todo, en el cuarto de baño también se ponía para que todos lo vieran juegos de toallas con encajes y bolillos igualmente con iniciales, el peinador también bordado, bolsas de aseo con todo a estrenar.
Los armarios abiertos, para que se pudiera ver la ropa tanto del novio como a de la novia, los camisones, entre ellos el de la noche de bodas, la bata de casa,  batín y pijamas del novio, camisas, mudas (ropa interior) trajes de novio, vestidos  de la novia, a excepción de los trajes de novios, tanto del novio como el de la novia ese era un secreto para ese día especial, nada quedaba sin enseñar, el mueble bar abierto de par en par para que se viera la cristalería, la vajilla  de lujo, cubertería, juegos de café, todo era enseñado por las madres y hermanas de los novios, acudían gente invitada y la no invitada, al pasar se veía la puerta abierta de par en par y se animaban a ver la casa de la que sería el nuevo hogar de los recién casados.
Una cosa curiosa, era poner Peros (manzanas), en distintas partes de la casa, para a  la  gente curiosa hacerle saber, que no habían " peros "'para añadir .
Pues sí está muy bien el ajuar, perooo"
Después de la boda, la madre del novio era la encargada de despertar a los recién casados con chocolate recién hecho acompañado de churros, magdalenas y algún pastel hecho para la ocasión.
Era costumbre el primer día de casados comer en casa de los padres del novio y el segundo en casa de los padres de la novia, si se iban de viaje de novios a la vuelta se  iban turnando por grado o parentesco los tíos, primos, amigos de los recién casados, a comer donde se elaboraba un menú especial para la ocasión, a veces se pasaban casi un mes comiendo donde les invitaban.
Esa costumbre ya se ha perdido, ahora se enseña a los familiares, o algunos amigos, poco a poco las que ya estamos cercanos a los sesenta años, añoramos aquellos tiempos en que era normal que un día antes las amigas fueran hacer la cama de los novios, e incluir alguna broma.
A mi me pusieron miga de pan rallada entre la sabana y el colchón, y bicarbonato en la escupidera (orinal), cerraron la puerta y no me dejaron pasar y yo me olí que algo me estaban haciendo. 
Pienso que algunas costumbres no deberian perderse, es bonito enseñar la casa.