POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

lunes, 12 de septiembre de 2011

POEMA A LAS H.A. DE CRISTO CRUCIFICADO

FOTOGRAFÍA DE DIEGO MUÑOZ-COBO HERMANA MARAVILLAS Y YO
GRACIAS ANI
Los nervios no me traicionaron, estaba tranquila tenía ante de mí el Altar de la Iglesia de San Mateo, este sitio tan importante en mi vida, ante la Immaculada Concepción y el Sagrario me incliné, al contemplar la imagen de mi Virgen de la Encina sentí tranquilidad, ella me la dio
Ante este mismo altar  un día mis padres se casaron,  me trajeron para bautizarme, estaba allí Don Fernando ya mayor, el mismo que los casó y me echó las aguas bautismales, después hice mi primera comunión con Don Rafael ya fallecido, más tarde me casó y bautizó a mi primer hijo Don Francisco, también fallecido  (mi hija por circunstancias de la vida está bautizada en Daganzo en le Iglesia Nª señora de la Asunción).
H. A.DE CRISTO CRUCIFICADO 50 AÑOS EN BAÑOS DE LA ENCINA
Como empecé a decir estaba tranquila, nunca he leído en voz alta a excepción de cuando lo hacía en el colegio, cuando estaba aprendiendo a leer o cuando bauticé a mi hija, que leí una oración a la Virgen del Carmen, pero estábamos en familia, a lo sumo quince  o veinte personas.

Mi padre estaba en los primeros bancos, sé que lloró de emoción al sentirme leer el poema dedicado a la Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, a la vejez las lágrimas les salen por cualquier alegría o también tristeza, recuerdo que a mi abuelo Juan le pasaba igual,  mi madre no pudo bajar, ella no sale por su dolencias a excepción si va de médicos, se quedó triste en su sillón pero dándome ánimos diciendo " Sé que lo vas hacer bien " ella también estaba junto a mi padre al menos en mi pensamiento, mi marido, mis hijos estos, estaban a por mi nieta.
Mi Padre , Hermana Mercedes y más hermanas

El día que la Hermana Maravillas me llamó para invitarme a leer el poema en misa, me hizo ilusión yo lo llevé a la exposición de fotografías como mi pequeño homenaje a las hermanas que un día llegaron a Baños de la Encina traídas por mediación de Don Juan Muñoz-Cobo, nunca pensé en hacerme notar, ese día era para ellas, yo sólo aportaba mi pequeño granito de arena junto con algunas copias y documentos guardados
durante años como recuerdo escolar.
Cincuenta años que han pasado volando, al ver las fotografías en la exposición, sentí lo mayor que me estaba volviendo, pero en mi interior aún está aquella chiquilla de trenzas con uniforme que formaba fila para entrar en clase al son de aquél viejo picú.


GRACIAS HERMANAS.