POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

domingo, 15 de julio de 2012

LA CUEVA DEL COTANILLO 3


Mariloli estaba rara apenas se juntaba con nosotras, la perra la veíamos de vez en cuando rebuscando por los estercoleros Toñi,Tony y yo, ya que nuestras casas daban  a los peñones, pero ella seguía llevándole comida a la perra a la cueva.
Ani comentó  que hasta hablaba con ella  ya que un día la vio meterse en la cueva se acercó  a la boca y la sintió hablar ya que el eco resonaba bastante  dentro, pero lo que nos estrañó es que dijera que parecía que había alguien más, ninguno de nosotros había vuelto a la cueva  así que nos quedamos estrañadas y más con la actitud que había tomado ella que apenas se juntaba con nosotras, estaba "llamémosle " rara desde aquel día.
Decidimos que algo le estaba pasando ya que últimamente nos rehuía, apenas se juntaba con nosotras y ella nunca había sido así, la perra desde que dejó de criar a sus cachorros apenas estaba en la cueva, la veíamos por los alrededores de la escuela y por nuestra calle, Ani dijo que pasaba mucho rato dentro de la cueva, así que decidimos expiarla puede que por estar de vacaciones no teníamos otro plan mejor que hacer, yo cuidaba de mi hermana Juani, era un trasto y quería venir conmigo, pero como era pequeña me daba miedo por si le pasaba algo, le llevo ocho años, así que la dejé con mi abuela.
Nos lo pasábamos muy bien cuando nos juntábamos todos, comprábamos palodús y pilurines donde Cecilia madre del Cani, ponía una mesa con todas estas chuches cuando sus hijos daban por terminada la faena de zapateros o en el kiosco del chinito, en la esquina del cuartel antes de subir a la panadería de Bartolo, el del Maga en la plaza del ayuntamiento, íbamos a las colas a bañarnos siempre con algún padre casi siempre el mío, jugábamos en la llaná, en el peñón gordo, por el castillo, íbamos al cine de verano por las noches, estábamos hasta altas horas jugando en la calle al fresquito, poníamos hilo negro de ventana a ventana y nos daba risa cuando alguien chocaba con algo y no sabía que era hasta que nos veía partiéndonos de risa, tambien jugábamos al nabo escodío, al san pirulí, al esconder.
A mi abuelo Esteban  le encantaba contarnos cuentos y nos sentábamos a su alrededor en el suelo con la boca abierta hasta que terminaba, otras veces nos contaba acertijos, adivinanzas o nos hacía calaveras de sandías, como tenía melonar las que estaban pochas le quitaba la pulpa para las cabras y la borrica, cada cara era distinta y en medio ponía una vela, le ponía una cuerda y nos tirábamos toda la noche calle arriba, calle abajo con nuestras calaveras de sandías...
Pero habíamos decidido adivinar el por qué Mariloli estaba tan rara con nosotros, el grupo, tenía que haber una razón especial, Toñi dijo que a lo mejor estaba así por que su madre se casaba...
Ani se quedó el encargo de hacernos saber por medio de su hermana Choni cuando entrara a la cueva llamarnos, así que cuando llegó a mi casa y dijo
_ Encarnita mi hermana te llama.
 Ya sabía para qué, através del corral de Ani llegamos al cotanilllo llevábamos dos linternas de petaca, que les habíamos cogido a nuestros padres, la llevaban en la lambreta (moto) era su medio  de locomoción para ir a la Mina de ADARO, donde trabajaban los dos, mejor que las velas que con la corriente del aire se apagaban.
Empezamos a gatear por la cueva, cuando oímos hablar  a Mariloli  nos quedamos blancas a escuchar la voz de un hombre...
Oimos decir a Mari Loli.
_Tengo que esconderme para traerte comida, la perra ya está por los peñones rebuscando restos,  aunque yo les he dicho que me da pena  por si algún día no encuentra algo en los estercoleros y le traigo comida, la leche me la ideo, saco tu vaso y agrego agua, pero mi abuela dice que últimamente nos traen la leche más mala.
_No te preocupes Mari Loli, llevo años buscando comida y hasta ahora he logrado vivir, bueno malvivir.
_Vale mañana vuelvo contestó ella...
Al decir esto salimos pitando para atrás, salía y si nos encontraba no sabríamos que decirle, nos habíamos quedado sin saber que decirnos, Mari Loli hablando con un extraño, que al parecer llevaba años escondido, pero ¿por qué? entramos por el portón de Anita y salimos a la calle Mestanza, nos sentamos en las gradas y empecé diciendo.
_ ¿Que hacemos Aní? se lo decimos a todos o primero le contamos a Mari Loli que sabemos su secreto
 Anita contestó.
_ Mejor hablamos con ella a ver que nos dice.