POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

jueves, 5 de marzo de 2015

EL REFUGIO 6




Iban a salir juntos, pero en ese momento sonó el teléfono, era una de las pocas casas que disponía de este moderno aparato, la verdad es que es ese sentido Don Rafael era un maniático de las cosas novedosas.
Era el administrador, para comentarle algo referente  a todo lo que le  había encomendado en los cinco días que iba a pasar fuera. Ella aprovechó para con un gesto decirle que lo esperaba en su casa a despedirse de su madre.
Mas que andar ligero corría para poder hablar con Juan, sus hermanas estaban trabajando, entró corriendo y le dijo a su madre que tenía que hablar con Juan, que su marido en unos minutos vendría, su madre cerró la puerta y echó el barrón, rápido corrieron el baúl, abrieron la trampa y Ana bajó.
Juan estaba leyendo, alzó la vista sin inmutarse.
_ ¿Qué tal le recién casada?
Su voz sonaba desgarrada, en tono guasón.
_ Juan no tengo tiempo para reproches, en unos minutos vendrá Don Rafael, he venido  a decirte que nos vamos cinco días fuera del pueblo, sabes que para mí esto es tan difícil como para ti, Don Rafael me respeta y solo quiere el bien para mí y nuestro hijo, no me lo pongas mas difícil .
_Ésto tiene que cambiar, no sé cuándo y cuando termine le contaré  toda la verdad y sé que él lo comprenderá,  pero por ahora poco podemos hacer.
_Me respeta, y nunca dejaría yo que me tocara, porque soy tuya sin habernos casado, y tuyo es este hijo que va creciendo cada día, no podemos hace otra cosa.
Juan se puso de pie se acerco a ella y la abrazó.
_ Perdona,  perdóname, estoy desesperado esto no hay quien lo aguante, son casi cuatro años encerrado en estas cuatro paredes, saliendo de vez en cuando arriba, antes te tenia a ti y ahora que hago yo aquí en este  mundo sin esperanzas de salir de ese zulo.
_Juan ten fé,  dicen que van saliendo presos,  todo va cambiando poco a poco, te diré una cosa hablaré  con tu madre le contaré  la verdad, para que pueda venir a verte, ella tiene un primo que es alcalde del pueblo del lado alo, mejor te puede ayudar y siempre con mucha cautela podemos ir avanzando, mientras tanto confía en mí, dejemos pasar unos meses, te prometo que daré alúz arriba, y tu serás de los primeros en ver a nuestro hijo.
Su madre asomó la cabeza y dijo que habían llamado a la puerta, se abrazaron y se despidieron como tantas veces en esos cuatro años lo habían hecho, con un abrazo y besos. Subió las escaleras, cerraron la puerta y pusieron el baúl.
Abrieron la puerta, era Don Rafael,.
_ ¿Qué hacíais que llevo un rato llamando?
_Nada Don Rafael,  que la niña no se ha separado nunca de mi y sus hermanas y ya ve que ojos llorosos tiene.
_Venga si o va a ser mas de cinco días, para que conozca mi pueblo, antes que se de cuenta, estamos aquí de nuevo.

Esos días fueron intensos, Ana disfrutó  en cierto modo, nunca había salido del pueblo y Córdoba era preciosa, el pueblo le encantó, Cañete de la Torres, allí conoció a primos de Don Rafael, él era todo cariño para con ella, la cuidaba, la mimaba y en la intimidad de su aposento era como si fuera su hermano, cada noche la abrazaba y le daba un beso en la frente, luego le daba las buenas noches, se daba la vuelta y se dormía, o al menos eso creía ella.
Pero estaba deseando de volver, para estar con Juan aunque fuera cinco minutos, tenía que ingeniárselas para poder estar allí a su lado y cumpliiría la promesa que le hizo de ir a ver a su madre, contarle toda la verdad, si es que quería hablar con ella, le constaba que desde que supo lo de la boda  o quería saber nada de ella, siempre hubo mucho cariño entre ellas, pero desde que supo lo de la boda no quiso ni verla.

Lo prometido es deuda y nada mas llegar a Baños de la Encina su pueblo, fue en busca de la madre de Juan..
Llamó a la puerta, esta abrió y dijo.
_¿ Que quieres ? entre nosotras ya no hay ningún lazo, no has podido esperar a que mi hijo volviera, esa ilusión de darme ánimos diciendo que mi hijo estaba vivo por que las malas noticias vuelan, la has roto  casándote con otro y con dinero, eres de lo mas bajo
_Antonia no me juzgue, déjeme que le explique y cambiará de opinión sobre mí, amo a su hijo sobre todas las cosas de este mundo, pero las circunstancias han hecho que de este paso.