POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

miércoles, 6 de mayo de 2015

ZAPATOS DE CHAROL

Abría una y otra vez la caja, eran mis zapatitos de charol, me madre me los compró en Linares, se acercaba la feria y unas semanas mas tarde un acontecimiento muy importante para mi, seria abanderada, de " Las Cruzadas", Isabelita Garrido la Presidenta y Josefina López la tesorera, eso a la edad de once años para una niña era muy importante.
Mi madre compró de Tejidos Mantas ( Linares) una tela preciosa color rosa palo y se la llevó a Enriqueta, era una de las modista de Baños, su tía Antonia, la de Enriquito le dijo a mi madre que cosía muy bien y aunque entre mi abuela y mi madre yo, tenia el privilegio de llevar unas ropas preciosas y jerséis de punto y lana, ese día quiso mi madre que fuera especial, empezando por el vestido, mi primer vestido no hecho por mi abuela, mis primeros zapatitos de tacón de charol y unos falsos tirabuzones que me hizo muy temprano a base de mucha laca,  Herminia la tía de mi madre que vivía al lado del Hotel Mirasierra, si,  esa casa que aún tiene el jardín que con mucho esmero ella cuidaba.
Me encantaba ponerme mis zapatos y taconear, con ese ruido tan peculiar que hacia los mi ni tacones cuando andaba , me los puse de estreno el día de la Romería por la tarde un rato para que no se estroperan para ese dia especial,  junto con mis vestido y cuando terminó ese día, mi madre guardó el vestido en su armario y  limpió mis zapatitos de charol  a base de leche de cabra y frotando con un viejo trapo de algodón para sacarle brillo, luego los volvió a guardar en su caja envueltos en papel de celofan blanco.
Llegó ese día el del juramento de "Las Cruzadas"apenas dormí aquella noche,  mi tía Herminia subió a casa por la tarde y con mucha maestría  fue enrollando mechón a mechón de mi pelo en sus dedos, me ponía dos horquillas y entre los nervios y las horquillas pase toda noche dando vueltas, como resultado casi todas las horquillas estaban en la cama.
Mi madre me bañó y por fin me puse mi vestido y zapatos de charol, bajé a casa de mi tía para que me arreglara del desaguisado de pelo, pues donde quedaron las horquillas había tirabuzones y el resto de pelo, estaba lacio, bajando la cuesta del hotel a su casa, me caí, resbalé con los zapatos y es que era tan fina la suela que me escurría y mas aún la cuesta abajo.
Que desastre de procesión con la bandera, escurriéndome la calle abajo con aquellos zapatos de charol, ahora miro la foto y esbozo una sonrisa al recordarlo.

ESCRITO DEL LIBRO DE FERIA DE 2015