La llaná, sitio de paseo de camino de tierra caliente, servía para subir a la parte de arriba del pueblo, a la playa del Tamujoso, a la antigua granja, al peñón gordo, donde se divisaba toda la sierra, las colas y el Navalmorquín.
LOS PEÑONES, ARRIBA LA CALLE CANTERAS, MIS PRIMAS JUANI, Mª ISABEL, MI HERMANA Y YO |
Antiguo camino de enamorados, de pandas de chiquillos en las que combatían los de la parte de arriba de pueblo con los de abajo en supuestas guerrillas, a pedradas o con arcos de flechas y espadas de madera hechos por ellos mismos, peleando escondidos entre los peñones que allí habían.
LA LLANADA, PAQUI, YO, ANGUSTIAS, FINA. Y LAS NIÑAS MI HERMANA Y LA HERMANA DE PAQUI. |
La llaná hoy con nombre de un Bañusco Ilustre Avenida de José Luis Mesías, es carretera de acceso para todos los sitios antes dichos, con un paseo precioso , lo que era las canteras se convirtió en un barrio con cien viviendas “ El barrio petete “(bueno apodo, ya sabemos que los Bañuscos le ponemos mote a todo), en el peñón gordo sitio especial de encuentros de enamorados con sus sueños de construir allí una casa, está el hotel de pelón, (Hotel Baños) recuerdo que al lado del peñón gordo había una adelfa en las que los niños nos metíamos para jugar, simulábamos que era una pava (autobús) o mejor dicho la Pepa de Mariano y que esta nos transportaba a lugares imaginarios.
En los peñones estaban los estercoleros de los vecinos de la calle Mestanza, cada uno tenía el suyo aprovechando la forma circular de algunos peñones, entonces no había camión de la basura y en las casas en los corrales tenía cada vecino sus gallinas, cabras, conejos, marranos, para luego cercana la navidad hacer la matanza, para alivio de las talegas, cuando iban para el campo, llenaban de basura los serones y con los mulos o borricos lo transportaban a la olivas como abono .
En las peñones siempre había animales pastando y en la parte alta que daba a la calle canteras había un gran Quinino , allí debajo de su sombra aprendí a bordar, hacer punto de cruz con Antonia la de roeros, Clara , Flugencia y sus hijas, hoy en lo que eran los peñones hay un gran barrio y está el centro de salud, todo el entorno de lo que era los turrumbetes ha cambiado, han hecho un paseo precioso con el símbolo de nuestro pueblo” El molino de aceite” y lo que eran las faldas del peñón gordo otro paseo en el que las tardes de verano al caer el sol se puede pasear sin miedo a los coches y donde puedes sentarte a contemplar las colas y nuestra sierra Bañusca.
Pero lo más querido por mí son sus moreras, algunas ya camino de los 50 años, recuerdo aquel sábado como si fuera ayer, era a mediado de los 60 cuando la chiquillería de Baños fue llamada para plantar árboles en la Llaná, íbamos en parejas portando aquellas ramitas en macetas , y adquirimos desde ese momento el compromiso de cuidar de nuestro árbol, tendríamos que ir a regarlo, para que no se secara, yo lo tenía fácil bajaba con un cubito por detrás de mi casa, por los peñones, hoy al pasar por la Llaná y cuando los veo tan enormes , pienso que lejano queda el día en que los plantamos, los que daban al pilarejo se secaron sólo queda uno al principio de la bajada de la Llaná, los otros los que dan a los turrumbetes tuvieron más suerte , algunos se secaron pero los volvieron a plantar .
Hubo una época en que sirvieron para dar comida a los gusanos de seda que criábamos y que celosamente guardábamos aquellos capullos amarillentos en cajas de zapatos año tras año .
La llaná testigo de mis paseos de adolescente, junto a mi primer amor y que tanta gente como yo recuerda con cariño, valla pues mi homenaje a tan querido trozo de mi Baños.
Encarna Laguna Garrido