Recuerdo a mi madre con el lebrillo de barro preparando la masa, matalauva, anjonjolín, aceite desahumado, canela molida, almendras machacadas, anís, ralladura de limón, manteca, harina, azúcar, mucha azúcar, entonces se compraba por kilos en papel de traza, alguna veces venía aterronada, más de un terrón me comía de casa de Luisa la Mariamanuelas la tienda de enfrente a mi casa, me encantaba la azúcar y me sigue encantando.
La receta la variaba, pero eran casi siempre los mismos ingredientes.
Yo pongo menos cantidad justo la mitad que ella ponía.
RECETA DE MANTECADOS MIXTOS.
*MEDIO KILO DE HARINA DE TRIGO TOSTADA.
(Se puede tostar en el horno, extendida en la bandeja, sobre papel de hornear, con el horno precalentado, sin aire a 180° arriba y abajo, sobre 10 minutos, cuando veamos que cambian de color, se saca y se deja enfriar.
Una vez fría, añadir la levadura y la sal, y mezclar.)
Ahora los horneo en casa pongo el horno a 180º y en la bandeja pongo papel de horno, los dejo como 10 minutos y dejo enfriar, también cambio el azúcar normal por la de glas una vez horneados, en fin eso ya va en gustos, si gustan solo aceite o manteca.
Luego en la mesa camilla al calor del brasero se limpiaba el hule, se secaba, se ponía harina espolvoreada y se extendía aquella masa, con un grosor de unos dos ctm, con una botella fina de cristal que mi madre tenía para estos menesteres a falta de rodillo y que daría como resultado los mantecados, mi madre me mandaba al horno a por chapas par llevar aquellas estrellas, mantecados redondos, corazones...Tenía varios moldes que le había hecho Eusebio, era todo un manitas bastaba que le dijeras lo que querías que él en su pequeño taller, ya fuera hierro o madera te lo hacía.
Una vez extendida la masa con aquellos moldes de chapa se iban cortando aquellas formas de la masa, cuando solo quedaban huecos se volvía a masar y se volvía a extender para seguir cortando aquellas graciosas figuras.
La llevábamos al horno, entonces no había hornos en las casas, en la mía había una cocina de hierro, como las vitrocerámicas que se le metía leña o carbón por abajo tenía redondeles de varios tamaños por donde salía la llama, la casa estaba siempre caldeada con aquella cocina y a mí me encantaba aquellas tostadas de pan que mi abuelo se hacía para desayunar encima de aquella cocina a las que después les restregaba ajo y le ponía aceite de oliva...
Ya en los años sesenta en la mina de A.D.A.R.O donde trabajaba mi padre le daban la cesta de Navidad bueno una gran caja que traía un kilo de legumbres (lentejas , garbanzos, habichuelas, arroz) una botella de champán, bueno cava, otra de anís, una tripa de salchichón y otra de chorizo Revilla, turrón blando y duro, lata de melocotón, y mi favorito, una caja de surtidos de mantecados y polvorones donde dentro traía además regalos, pandereta, alguna pequeña figura, un almanaque para el año entrante, etc...
Ya va quedando poco para la Noche Buena, vendrá y volverá año tras año y nosotros nos iremos y no
volveremos más, como dice aquella vieja canción...
* CUCHARILLA DE LA DE CAFÉ DE LEVADURA. (Si es harina de repostería no necesita)
*200 GRAMOS DE MANTECA DE CERDO/ 150 DE ACEITE DESAHUMADO
*200 KG DE AZÚCAR Y 100 GRAMOS MÁS PARA ESPOLVOREAR (si tenéis de caña para poner en la masa, salen más ricos)
*150 GRAMOS DE ALMENDRAS TOSTADAS MACHACADAS
* ANJOJOLÍN (matalauva) UNA CUCHARADITA DE LAS DE CAFÉ
* UN HUEVO
* RALLADURA DE UN LIMÓN
* UNA CUCHARILLA DE LAS DE CAFÉ DE CANELA MOLIDA
* PIZCA DE SAL.
*200 GRAMOS DE MANTECA DE CERDO/ 150 DE ACEITE DESAHUMADO
*200 KG DE AZÚCAR Y 100 GRAMOS MÁS PARA ESPOLVOREAR (si tenéis de caña para poner en la masa, salen más ricos)
*150 GRAMOS DE ALMENDRAS TOSTADAS MACHACADAS
* ANJOJOLÍN (matalauva) UNA CUCHARADITA DE LAS DE CAFÉ
* UN HUEVO
* RALLADURA DE UN LIMÓN
* UNA CUCHARILLA DE LAS DE CAFÉ DE CANELA MOLIDA
* PIZCA DE SAL.
* ZUMO DE UNA NARANJA
Mi madre y abuela iban cambiando los ingredientes, como las decoraciones, a veces le ponía una almendra en medio y a mi me encantaba, cuando se utilizaba huevo batido para que fuera mas crujiente darle con la brocha y ponerle azúcar.
Recuerdo que ponían la harina en el lebrillo dejando un redondel en el centro donde ponía la manteca que antes que nada calentaba en un cazo, a continuación el aceite desahumado, el huevo, y ya incorporaba los ingredientes, amasaba con las manos y a mi me encantaba ayudarla empaparme las manos de aquella masa que luego serian los mantecados.
Mi madre y abuela iban cambiando los ingredientes, como las decoraciones, a veces le ponía una almendra en medio y a mi me encantaba, cuando se utilizaba huevo batido para que fuera mas crujiente darle con la brocha y ponerle azúcar.
Recuerdo que ponían la harina en el lebrillo dejando un redondel en el centro donde ponía la manteca que antes que nada calentaba en un cazo, a continuación el aceite desahumado, el huevo, y ya incorporaba los ingredientes, amasaba con las manos y a mi me encantaba ayudarla empaparme las manos de aquella masa que luego serian los mantecados.
Ahora los horneo en casa pongo el horno a 180º y en la bandeja pongo papel de horno, los dejo como 10 minutos y dejo enfriar, también cambio el azúcar normal por la de glas una vez horneados, en fin eso ya va en gustos, si gustan solo aceite o manteca.
Una vez extendida la masa con aquellos moldes de chapa se iban cortando aquellas formas de la masa, cuando solo quedaban huecos se volvía a masar y se volvía a extender para seguir cortando aquellas graciosas figuras.
Ya en los años sesenta en la mina de A.D.A.R.O donde trabajaba mi padre le daban la cesta de Navidad bueno una gran caja que traía un kilo de legumbres (lentejas , garbanzos, habichuelas, arroz) una botella de champán, bueno cava, otra de anís, una tripa de salchichón y otra de chorizo Revilla, turrón blando y duro, lata de melocotón, y mi favorito, una caja de surtidos de mantecados y polvorones donde dentro traía además regalos, pandereta, alguna pequeña figura, un almanaque para el año entrante, etc...
Ya va quedando poco para la Noche Buena, vendrá y volverá año tras año y nosotros nos iremos y no
volveremos más, como dice aquella vieja canción...