POEMAS , RELATOS Y RECETAS.

jueves, 25 de junio de 2020

COSTUMBRES


Es un semicírculo en el suelo y os explico lo que es.
Hoy al pasar por el carril, vi como una vecina fregaba la salida de su casa con la fregona, haciendo este semicírculo, no  sé el origen, ni porqué está forma a las salidas de las casas, cuando se fregaba el suelo de la casa, supongo que algo reservaría de pisadas, al entrar en la casa.
Hace años, se hacía a mano, hincada de rodillas, así era como se fregaba el suelo, con estropajo de esparto, jabón casero o con  tierra amarilla,  que se cogía de las eras de casa y que dejaban relucientes sartenes y cubiertos de *alpaca gallo* y con balletas que no era otra cosa que viejos arapos, de camisetas, que eran de tela más recia, tipo franela,  restregaba y secaban más.
Así estaban nuestras madres y abuelas, baldás de dolores en las rodillas.

A la entrada, dentro  de la casa, se ponía una alfombra de esparto, para quitar el polvo o barro y no dejar huellas de los zapatos, en el suelo, eran las que se quitaban de las ruedas de los molinos, de moler aceitunas y que  una vez limpias, luego servían para este menester.
Platero con repisa

En casa de mis padres y abuelos, el suelo era muy peculiar, baldosas rojas hechas de barro en los portales, y habitaciones, pero en los portales hacía como un cuadro alrededor de la pared blanqueada de cal,  y se remataban con un pincel y cemento mezclado con agua,  para que los *filicos* no se pusieran negros al fregar, luego más cuadrados hechos con las baldosas y en medio chinolas de río grandes, pegadas con mezcla de cemento y arena.
En  verano mi madre las regaba con un cubo y una lata vacía de leche condensada la lechera,  a la que le hacía  agujeros, y   actuaba como una regadera, secaba el resto de agua, a rodillas de las baldosas, esto hacía que la tardes de veranos calurosos, se hicieran más llevaderos, al no haber, ni ventiladores, ni aires acondicionados, las puertas de las casas, nunca se cerraban, ni de día ni de noche, había quien dormía en camastros en los portales, y no daba miedo a que entraran a robar.
El primer portal, hacía las veces de recibidor, cocina y comedor.

 Utensilios con más de 100 años de antigüedad.
Puchero para hacer café

La casa tenía  dos portales, el primero, hacía de recibidor, cocina y comedor, en medio de la pared había una cocina de leña,  donde se ponía el puchero  por la mañanas al lado de la lumbre, y éstos se hacían lentamente, cocido, lentejas, habichuelas, etcétera,  la  leña era  de olivo o chaparro.
En verano, el relex de hierro se limpiaba y se ponía el infernillo de petróleo, en una mesa de hierro alta, que hizo mi padre en la mina de ADARO, con la misma forma del relex.

Máquina de picar carne y embutir en las matanzas.
El petróleo se lo compraba a Rosa, apodada con éste nombre "Rosa la del petróleo" vivía en la calle Calvario viejo, y era una gozada hacer la comida sin pasar calor en la lumbre.
Para calentar agua

En el portal primero,  había dos puertas, una era el dormitorio de mis padres, la otra daba paso al segundo portal, más estrecho donde estaba el dormitorio de mis abuelos y mío, ya que dormía en mi cama de níquel junto a ellos, un hueco en el techo, que daba acceso a la cámara por medio de unas escaleras de peldaños de madera y la puerta por la q que bajaba al corral por unas escaleras de obra.
Luego, ampliaron un cuerpo más a  la casa, para hacer otro dormitorio , hicieron unas escaleras para subir a la cámara, y debajo una despensa, también una   cocina, con fregadero rojo de barro, había que tirar el agua a cubos, en el corral y ya aprovecharon y pusieron el agua y no había que ir a la fuente de la calle Mestanza con cántaros, también pusieron una cocina de hierro fundido y placas redondas donde se podía usar tanto leña como carbón.
No había baño, en el corral hicieron una especie de water de obra cuadrado, donde se vaciaba las escupideras  cada día y los cubos de  agua , de fregar los platos y el suelo, no había madreo, sólo un tubo de uralita que salía hacía los portones, que daban a los peñones, el agua corría cerro abajo, en invierno no olía por las lluvias, pero en verano era insoportable salír, hasta que ya madrearon  está parte del pueblo.
Mi madre  me bañaba en un barreño de chapa, que usaba para lavar la ropa, cada domingo en invierno, con agua que ponía a calentar, primero me lavaba el pelo en una palangana  de porcelana con jabón casero,  me lo  aclaraba  veces y en  la última  ponía un chorreón de vinagre.
El pelo lo tenía sedoso y suave, después recuerdo que me lo lavaba con unas bolsitas de champú sunsilk, creo que así se llamaba, luego cada noche, con una manopla y jabón me aseaba,  me secaba con la toalla y cambiaba de ropa interior... En verano era diferente, ese mismo barreño lo ponía al Sol y cada día me bañaba, era mi piscina particular.
La gente joven que lea ésta entrada en mi blogs, les sonará a cuento chino, son costumbres que se han ido perdiendo, pero que no hace tanto tiempo, se usaban y se hacían.
A pesar de no tener yo, más de 6 años, lo recuerdo como si fuera ayer..
Ya véis lo que ha dado de sí, el ver ése semicírculo hoy en la calle, la de recuerdos que me ha venido a la memoria.