María espera que espera
Escondida entre visillos
A ver pasar a su amor
Que no es correspondido
Sueña con él cada día
Desde que eran chiquillos
Y fueron pasando los años
Tantos, que quedó en el olvido
Tejiendo sueños entre costuras
Bordando sabanas de lino
Para un ajuar soñador
Que nunca fue compartido
En todo bordaba una M
Dejando al lado un sitio
Bordar su inicial al principio
Las amigas le preguntaba
¿ Por que no pones tu apellido?
Y ella se sonrojaba y seguía
Enhebrando agujas con hilo
Guardaba todo en un baúl
Hasta su secreto perdido
Desde que le diera aquel beso
En el patio, siendo chiquillos
De vez en cuando lo saca todo
Para airear lo envejecido
Y acaricia con sus manos arrugadas, sábanas, manteles, y encajes de bolillo
Lo vuelve a guardar todo
Y esboza un suspiro
¿Cuando será que se atreva
Me regale un anillo
Y me lleve al altar
Con un blanco vestido?
María quedo dormida
Una tarde de Domingo
Y en sus sueño soñaba
Que volvía aquel chiquillo
La cogía de la mano
Y juntos emprendían un camino
Caminito del cielo van
Por fin su sueño se ha cumplido
¡Qué preciosidad de poema, qué ternura!
ResponderEliminar¿Cuántos amores perduran durante años en el silencio de la caja de secretos de los corazones?
Las tradiciones, los intereses, las circunstancias hacen que uno se los guarde y muera con ellos. Feliz semana, Encarna. Un cordial saludo
Gracias por su lectura. igualmente feliz semana, saludos a su señora.
ResponderEliminarOTRO SUEÑO
ResponderEliminarAunque ya no existía, ella seguía recordando aquella carretera donde los domingos solían pasear bajo las sombras que generosamente ofrecían los álamos que a un lado y otro se alineaban formando el sitio ideal por donde las parejas de enamorados paseaban.
Aquella niña no se llamaba María, pero da igual el nombre, seguro que detrás de cada una siempre hay alguna historia parecida.
Una tarde, como otras tantas correteaba feliz con sus amigas, de vez en cuando se paraban para escuchar el canto de las chicharras y con la vista trataban de buscar entre las hojas de los álamos la rama desde donde les ofrecían tan sonoro concierto.
Tan distraída estaba la niña que no vio como se acercaba hasta ella aquel niño con una caja de zapatos que le ofrecía al tiempo que le decía, toma es para ti, te los he cogido porque se que te gustaría tenerlos. Asombrada y confusa no sabia si coger la caja o no, él insita, ella ruborizada y al mismo tiempo que picada por la curiosidad de ver lo que contenía la caja la abrió y en interior había muchas hojas de morera y de entre ellas asomaban algunos gusanos de seda.
¿Como sabes que me gustan si no nos conocemos?, le preguntó
Llevo algunos días en el pueblo con mis tíos, y cada domingo te veo por aquí, y te oí como le decías a tus amigas que te gustaban, así que aunque no nos conocemos te los regalo.
La niña tanta fue la alegría que le produjo tener los gusanos que sin mas salio corriendo para llevarlos a su casa sin ni siquiera darle las gracias a aquel desconocido.
Aquella noche se levanto muchas veces de la cama para ir a ver a sus gusanos temerosa de que se pudieran escapar, pero no, allí seguían, a la mañana siguiente quedó sorprendida pues algunos de ellos ya habían comenzado a tejer con su seda el capullo donde se convertirían en mariposa.
Por la tarde ella y sus amigas volvieron a bajar por la carretera, pero algo había cambiado desde el día anterior, ahora tenia un nuevo amigo. Ella llevaba la caja de zapatos con cuidado, quería que su desconocido y nuevo amigo viera como ya habían empezado a hacer sus capullos, lo buscaba entre la gente, pero no lo veía, ¿se habrá ido ya para su pueblo?, se preguntaba.De pronto lo vio venir a lo lejos corriendo, en las manos traía una rama de morera... no se había olvidado.
Una tarde el niño no volvió, una de sus amigas le dijo que lo vio irse en el “correo”, el verano ya no fue igual.
Pasaron algunos años y aquel niño volvió, pero ya era un hombre, él ya se había olvidado de aquel verano, la niña no, ella nunca se olvidó.
Hoy cuando pasa por la carretera ya no es la misma, ya no hay álamos, aunque para ella siempre será “su” carretera, y de vez en cuando pasea para recordar aquel verano ya muy lejano.
Sentada a un lado del sendero
Te sigo esperando con anhelo
Es que te dió miedo mi amor
Aunque fuera una vez decirme te quiero?
El sendero de la vida es largo
Un cruce de caminos para recorrerlo
Si el camino lo eliges bien
La vida será como un sueño
Del sueño no querias despertar Alguien se encargara de ello
Alguien que quería ir contigo
Aunque no supo como hacerlo
Que distinto hubiera sido
Si te hubieses decidido a tiempo
Nuestras vidas estarían juntas
Y no en el sendero de los sueños
Se que tu te olvidaste ya
De aquellos sueños vividos
Yo por mucho empeño que pongo
Cada día es más difícil el olvido
Con el paso de los años
Nos volvimos a encontrar
Si no pudimos estar juntos
Mejor lo dejamos en el soñar
Así soñaba aquella niña
Aunque lejos quedaba ya
Como los gusanos de seda
Aquellos amores, se echaron a volar
BESITOS
Que alegría Chachanica ¿esta por estos lares? si es así a me llegare a verla un ratito, hace tiempo que no se nada de ti .
ResponderEliminarCada vez que escribes me sorprendes mas, es precioso ese recuerdo a aquel amor que pudo haber sido y quedo en la nada, pero que algo tendría cuando a pesar del tiempo no lo ha olvidado, todos tenemos ese amor primero que siempre nos ronda por la cabeza así pasen muchos años y nos preguntamos que seria de nuestra vida si hubiera cuajado esa primera ilusión, ese amor platónico...Pues, que no hubiéramos conocido el amor verdadero, la familia que formamos, como era eso, primera amor, primera ilusión, no sabíamos como habría funcionado lo guardamos como algo bonito en nuestros mejores recuerdos, cuando vuelves a ver esa persona pasando mucho tiempo, esbozas una sonrisa recordando lo que un día sentiste por el. Otras, si no vuelves a verlo nunca mas, se queda idealizado como el príncipe azul de tus sueños, esos sueños que un día tuvimos no nos lo puede arrebatar nada ni nadie, simplemente por que son sueños,, sueños de adolescente, que nunca se olvidan.
Me quedo con el poema... Y lo de la caja de gusanos de seda que bonito...
Un abrazo muy grande y otro para esa madre centenaria que tienes.