Rosana con dos años de edad |
Mi madre decía que parecías un ternerillo con ese color blanco y negro y mi nieta te utilizaba de pony para montar.
Llegaste a casa siendo una bebé con tan solo dos meses y ya eras enorme, has guardado mi casa como nadie, imponiendo tu presencia y los que estaban fuera de la verja corrían despavoridos a verte en pie con tus casi cincuenta kilos y sin embargo eras toda ternura, bobalicona y cariñosa.
Sentía como cada noche dabas vuelta al rededor de nuestra casa, emitiendo algún ladrido suave como diciendo.
_Tranquilos velo vuestro sueño.
Pero si algo te ponía contenta, era al verme coger la correa para ir de paseo, intuía al cogerla que íbamos a pueblo y si solo cogía la llaves sabias que bajábamos al pantano donde te metías para beber agua .
Cuando tenia siete años |
Te has ido sin hacer ruido, cada día ibas a menos, hasta que vi que en dos días no querías beber ni comer, hace quince meses te operó Luis, vuestro veterinario, un tumor enorme de casi 960 gramos, era malo, nos dijo, que solo durarías 6 u 8 meses, te hemos tenido casi quince meses, hemos seguido disfrutando de ti .
Los últimos días han sido horribles, no te quejabas, la mendicación hacia que no sintieras dolor y sin embargo tu mirada decía cuanto estabas sufriendo.
Me despedí de ti por la mañana, estabas en tu rincón del garaje, esperaba impaciente esa inyección que Luis te iba a poner, para poner fin a tu sufrimiento, matar esa metátesis que te estaba matando y pienso que si algún día estuviera como tu, me gustaría que a mi me hicieran lo mismo.
En unos minutos dejaste de sufrir, mi hija estuvo hasta el final a tu lado, yo, yo no tuve valor, ya quedaste tranquila.
Adiós Rosana.
Gracias por estos diez años
Otoño del 2014 |