Sólo nos hace falta hojaldre, los demás ingredientes todos los tenemos en casa.
La nuevas tecnologías, hace que aprendamos nuevas recetas, eso sí, no he descubierto nada nuevo y seguro que esta receta es antiquísima en algún lugar del mundo, pero para mí que me encanta la canela, ha sido todo un descubrimiento.
Puede que fuera aburrimiento, una tarde de sábado, y poco quehaceres, la televisión, a excepción de algunos programas o películas, no me llama la atención y menos con la cantidad de telebasura, de la que disponemos últimamente.
Así que me dije.
_Manos a la obra, a ver qué sale.
INGREDIENTES.
* Dos planchas de masa de hojaldre.
* Canela molida.
* Azúcar.
* Huevo.
* Aceite de oliva.
* Azúcar glas.
Ya veis qué cosas tan sencillas, para hacerlos.
Y ahora paso a deciros cómo los he hecho, a excepción de la mantequilla, que la he cambiado por aceite de oliva, ésta receta la podéis encontrar en cualquier página de internet, pero yo como buena giennense o jaenera y sobretodo Bañusca, pues soy de Baños de la Encina (Jaén) dónde la vista se pierde en un mar de olivos, prefiero el aceite de nuestra tierra para todas mis recetas de cocina, tanto dulces como saladas.
Extendemos la masa sobre el papel de horno que viene envuelta, con el rodillo le damos unas pasadas para que se alise.
Con una brocha pastelera untamos muy bien de aceite .
En un bol mezclamos ocho cucharadas soperas de azúcar con dos de canela.
Ponemos sobre la masa la mitad bien extendida y dejamos el resto para la otra plancha de hojaldre.
Enrollamos la masa y cortamos en seis trozos.
Se pueden hacer rollitos o como yo hice, dejar una parte con el corte y la otra la giré haciendo forma de capullo.
Para aligerar, mientras he ido preparando, encendí el horno arriba y abajo a 180°.
Por eso os dije que se hacían muy rápido, porque en poco más de media hora, tenemos unos pastelillos de canela riquísimos .
Sobre la bandeja, ponemos papel vegetal, ésto hace que una vez terminado, casi no se ensucie nada.
Batimos la yema de un huevo y una vez que los hemos puesto sobre la bandeja del horno, con una brocha le damos tanto por arriba, como por abajo...
Metemos al horno sobre 15 minutos precalentado, aunque en el momento que veamos que están dorados, los sacamos, depende de la potencia del horno.
Una vez sacados, y aún calientes, ponemos en un colador, dos cucharadas de azúcar glas y con pequeños toques, espolvoreamos.
Y he aquí el resultado, ahora en verano, con un café bien helado, están para chuparse los dedos.
Que aproveche.
