Recuerdo aquella ventana que tanto miraba decorada por mi padre y por mí, era un sueño hecho realidad, mi Belén
Siempre por estas fechas era cuando más visitaba a mi abuelo paterno , tenía el Belén más bonito de Baños, era un manitas, todo lo que se proponía lo conseguía con mucha paciencia y tesón (como muestra diré que unas de las primeras televisiones de Baños fue la de mi abuelo, junto con un compañero la hicieron, primero la de él y luego la de mi abuelo, les trajeron las piezas desde Alemania, ésto corría a principio de los años 60) .
Al Belén de mi abuelo no le faltaban detalles, el aparador de mi tía Ana se convertía en el pueblecito de Belén, el agua del río era de verdad, las lumbres de los pastores parecía que humeaban. el borriquillo daba vueltas en la noria, las aspas del molino giraban, todo ello impecable y lo más bonito era que por medio de un mecanismo en el Belén se hacía de día y de noche, al encenderse la estrella de encima del portal se quedaba todo quieto, había llegado la noche y se encendían las luces de las casas y el palacio de Herodes.
En casa los adornos de Navidad eran más sencillos, por el día de la Inmaculada íbamos a los pinos, mi padre cortaba una rama redonda para hacer nuestro particular árbol, lo íbamos adornando, con mucho cuidado desvolviendo los adornos guardados durante un año ya que la bolas eran muy frágiles y se rompían con facilidad poníamos las luces que nos había hecho mi abuelo Juan, eran redondas pequeñas y nos la había pintado de colores, una vez terminado lo acercábamos a la ventana que daba a la calle, para que la gente atreves de los cristales lo mirasen .
Pero mi gran ilusión era tener mi propio Belén, tenía 10 años y me dije: Para el año que viene tendré un Belén.
Empecé ahorrar, de las tres pesetas que me daba mi madre una me la gastaba en el quiosco de Doro, unos céntimos los daba para la canastilla de la iglesia y el resto lo guardaba en una caja de lata de la carne membrillo que le había dado Pedro el tendero a mi madre y en el que yo guardaba mis pequeños tesoros ( la cruz de que pertenecía a las cruzadas, la medalla de las hijas de María con su cinta azul y blanca, mi cuaderno de notas del colegio etc.)
Cuando llegaron las siguientes Navidades, empecé a contar mis ahorros, tengo que decir que mis padres y mis abuelos me ayudaron, bajé a la tienda de Pedro Ortega y empecé comprando el portalico al completo, luego unos pastorcillos con sus ovejas, dos casitas y un puente de corcho, una mujer lavando y un gallinero con gallinas, que contenta subía yo la calle Mestanza ,haciendo mentalmente mi Belén...
Ese día 8 de Diciembre también fuimos a los pinos, pero en vez de cortar una rama, de los troncos cogimos musgo para poner la base del Belén, en una mesa pequeña que justo cogía en el hueco de la ventana mi madre puso una sábana Blanca y encima un cartón, para después colocar el musgo, mi abuelo Juan nos puso una luz en el portal dentro entre el buey y la mula y del pajar cogimos paja para ponerla al rededor de la cuna , con papel de plata del chocolate Kitín hicimos el río y así conseguí mi portalico de Belén, no era como el de mi abuelo pero era mi Belén, estuvimos mi madre y yo cantándole todo el repertorio de villancicos que nos sabíamos yo con una pandereta y mi padre con mi zambomba regalo de mi abuelo Juan ya que a todos mis primos ese año nos regaló una, luego al llegar la noche encendimos la luz del Belén y con que orgullo miraba a través de las cortinas a ver quien se paraba a mirarlo.
Hoy después de tantos años, cuando llega este día, poniendo mi Belén recuerdo aquel que pusimos entre mi padre y yo, sencillo con aquella lucecita en el portal, las figuritas de barro y el papel plateado como río de la envoltura del chocolate que tanto me gustaba "Kitín".
Y ahora os dejo hoy es el día de la Inmaculada y toca poner mi Belén.
FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO 2009
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