Tiene mi Baños una iglesia y un castillo milenario, una Ermita, un Camarín y la virgen de la Encina con su santuario, sierra morena, el Navarmorquín, olivos muchos de ellos centenarios, tambien un molino de viento y un gran pantano, huele a jara, tomillo, romero, sus olores serranos.Este es mi pueblo te invito a visitarlo
jueves, 26 de marzo de 2015
EL REFUGIO 12
Ana respiró profundamente, era como si se hubiera quitado un gran peso de encima, pero Rafael le preocupaba, recordaba la conversación de la noche anterior, de como la cogió por los hombros y le dijo.
_Mi pequeña Ana, cuanto has sufrido estos años! yo no voy a ser un estorbo en tu vida, te voy a ayudar, no temas nada, anda duerme tranquila en tu estado no te conviene estar nerviosa,
Oyó como Anita la llamaba.
_Voy mi niña.
Rafael no estaba había salido, se ve que se había dormido y no se había enterado de cuando él se levantó.
Llamaron a la puerta, rápidamente se vistió y fue a abrir, era la pareja de Guardia Civil.
Sabía que no era nada bueno su presencia tan temprano en su casa, le temblaba todo el cuerpo, y se preguntaba si Rafael en vez de ayudarla la había ido a denunciar al Cuartel.
_Buenos días, tiene que acompañarnos al Cuartel.
_ Es que estoy sola y tengo a mi niña pequeña.
_Puede dejarla con algún familiar de camino.
_Vale, deme un momento que la vista.
Ana entró a la casa para vestir a Anita, no podía contener as lágrimas, Rafael y quien si no la había denunciado, sintió rabia, impotencia, pensaba que con su declaración la iba a ayudar y no habían pasado ocho horas cuando la llevaban al Cuartel.
No atinaba a vestir a su hija, lo hacía como una autómata, por fin acabó la cogió en brazos y dijo.
_Cuando quieran.
Al pasar por la puerta de casa de su madre, dijo.
_ ¿Puedo dejar a mi hija con mi madre?
Se miraron la pareja de Guardia Civiles y uno de ellos dijo.
_No hay ningún problema.
Llamó a la puerta, su madre abrió y dijo.
_Ana ¿qué pasa hija?
_Nada Mama voy a Cuartel cuida de Anita.
Llegaron al Cuartel y la pasaron al despacho del Teniente, no le llegaba la ropa al cuerpo, se hacía mil preguntas y no encontraba respuestas, cuando entró y vio a Rafael supo toda la verdad, el la había denunciado, ella que había confiado plena mente en él.
_Siéntese por favor.
El Teniente y un Cabo, estaban esperándola y Rafael con ellos.
_Vamos a ver Ana, tiene que contarnos todo.
Ana los miraba a los tres pero su mirada quedó fijada en Rafael y le dijo
_ ¿Por qué?
Rafael se acercó a ella y dijo.
_Tranquila Ana, esto es un paso que había que dar, no te va a pasar nada.
_Déjame, no me toques, confié en ti y mira que poco a durado de nuestra conversación a este momento.
_Ana por favor siéntate, y escucha cuanto te va a decir el Teniente.
_Ana debes contarnos donde se encuentra Juan
El Teniente se había puesto en pie.
_No, nunca lo diré, así me metan presa, prefiero ser yo a que entre entre rejas a decir donde está escondido.
_Ana no le va a pasar nada.
Ella dudaba, se hacían pasar por buenos, para luego una vez supieran donde estaba meterlo preso, llevárselo de Baños a no sabia donde y a saber que le harían.
Rafael tomó la palabra.
_Ana te juro que no le va a pasar nada, ellos me lo han prometido, pero es un fugitivo de la Ley y hay que regularizar su estado, si sigue escondido poco se puede hacer.
_No, no voy a decir nada.
Ana se tapó a cara con las manos y comenzó a llorar.
_ ¿Por qué? ¿Por qué? si yo confiaba en ti.
El Teniente comenzó a hablar
_Ana no perdamos tiempo, o nos lo dices o sera peor, ha pasado mucho tiempo, desde que acabo la guerra, haremos lo posible para que pueda quedar libre o cumpla una condena como preso político, Rafael tiene contactos con gente importante, pero si no se entrega y somos nosotros los que lo busquemos y lo detengamos, nada podemos hacer por ayudarlo.
_Ana por favor, di donde se encuentra Juan, yo no quería que fuera de este modo pero el Teniente me ha dicho que es así como hay que hacer as cosas, no es igual entregarse que detenerlo.
_Déjeme ir, no se donde se encuentra, está en la sierra escondido, no tengo ni idea dónde y cuando lo vea lo convenzo para que se entregue, baja al pueblo de vez en cuando por la noche a por comida y yo se la doy, y ropa limpia, no puedo decirles nada más, ni siquiera su madre sabe nada.
Ana quería ganar tiempo y no implicar a Antonia la madre de Juan.
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